Discípulo de los trabajos del Sol, Escucha estas condiciones que son la forma humana de la luz. Acoge en las profundidades de tu piel estas perlas arcaicas, tan antiguas como Saturno, tan nóveles como la miel que crece en la densidad de tus huesos. (...) Encontrarás, discípulo, en el camino silencioso una copa misteriosa, elemento de la cúspide más profunda de los mundos. Verás que es un vaso especial cuando al querer llenarla se vacíe y al vaciarla se vuelva llena (…) y hallarás entonces que todas las flores crecen al marchitarse y que es grande el Sol azul que vive irradiando oro y estrellas...