Por intención del autor, esta obra se ocupa más del que come que del comer. Las observaciones muestran que el concepto de alimentación, cuando se limita en lo corporal, conduce al egoísmo, destino bien alejado de una conquista real de la salud verdadera. Quien es tentado por un proceso de libertad debe determinar sus necesidades en función del destino que ha elegido, con disciplina personal que la Anrtoposofía puede conducir. La salud sólo es accesible si comprendemos por alimento todo lo que absorbemos, incluyendo las experiencias, prácticas de vida, lecturas, encuentros y cultura, entre otros.